A la casa astrológica octava, por estar opuesta a la casa dos, de la conciencia del valor individual, se la suele denominar la casa de los valores de otros. Sin embargo haciendo un análisis mucho más profundo de la implicación de esta casa astrológica, vemos que su significado es mucho más complejo, describe aquello que se comparte, la forma en que nos unimos o fundimos con los otros. En cuanto elabora y expande aquello que ha comenzado en la casa astrológica séptima, la casa ocho es la esencia de las relaciones, lo que sucede cuando dos personas, cada una de ellas con su propio temperamento, sus recursos, su sistema de valores, sus necesidades y su reloj biológico, intentan unirse en una relación donde un amplio espectro de situaciones se comparten. La casa astrológica octava, por este motivo refleja una gran cantidad de conflictos y planos inconscientes y misteriosos, refleja la conducta sexual, la negociación emocional, está asociada también con la muerte y la forma en que nos regeneramos. Relacionarse profundamente con otra persona lleva consigo una especie de muerte, el aflojamiento y la destrucción de las fronteras del ego y de la intrincada identidad de estar solos, la muerte en cuanto a yo, nos lleva a renacer como nosotros. Mediante las relaciones nos sumergimos en un mundo ajeno, donde todo tiene que ser negociado en base a parámetros comunes a ambos sujetos, para evitar el conflicto.
Los signos y planetas que haya en la casa astrológica octava, sugieren nuestra forma peculiar de establecer estas bases de intercambio, sugieren como nos va desde el punto de vista financiero, en el matrimonio, en la sexualidad y las herencias y las sociedades en los negocios.
