Cuando hablamos del tarot, nos referimos a una actividad de carácter espiritual, en el cual las energías guían todo el proceso y nos llevan hacia universos desconocidos, donde las reglas y leyes terrenales no necesariamente tienen la misma validez. Al realizar una tirada de tarot debemos tener presente que el tarotista es un intérprete de un mensaje único y divino que llega para ayudarnos o para prevenirnos en los temas sobre los que vamos a consultar.
Por eso, hacer una lectura de cartas no es un asunto que se deba tomar a la ligera, debiendo cumplir con ciertas normas y cuidados dirigidos al bienestar del tarotista y de las personas que solicitan la consulta. Estas precauciones no solo tienen que ver con las condiciones del sitio, amuletos y demás, sino con respecto al mensaje que da el guía espiritual. Hay algunas cosas que se pueden hacer para generar las garantías necesarias y que la consulta termine como debe ser. Aquí te explicaremos los cuidados que hay que tener al tirarse el tarot y sobre todo, con quién deberíamos hacer está consulta.
Detalla la actitud del tarotista
Una persona que se lee las cartas puede forjarse una impresión sobre el tarotista al cual consulta. Vigilar todo el proceso es un buen paso para entender quién es cuidadoso contigo y quien te dedica la debida atención. Lo primero es que el tarotista debe limpiar las cartas y limpiarse de energías negativas propias y ajenas. Para eso existen rituales, procedimientos espirituales, piedras preciosas y también ciclos de meditación. Además, los tarotistas siempre tienen amuletos de protección con elementos que les permiten limpiar las energías pesadas, o canalizarlas de forma adecuada.
Otro tema son las distorsiones o malas interpretaciones que son efecto de cargas energéticas inadecuadas o de prejuicios propios del guía. Por lo general hay mensajes que un profesional no daría como por ejemplo la muerte de un familiar o algo que genere decisiones apresuradas en la persona. El mensaje de las cartas es adivinatorio, pero calmado y tiene impacto en las conductas espirituales del individuo. Hay veces que el espiritista debe dar un consejo o realiza una pregunta, en vez de dar una afirmación, suavizando el mensaje y orientándolo hacia algo positivo. No hay sentencias o hechos inevitables, pues hasta en el tarot nosotros somos dueños de nuestro propio destino.
Mensaje precavido
Ciertamente, un tarotista puede ver cosas muy puntuales en una lectura de cartas. Algunos anticipan incluso dolencias o terribles enfermedades que pueden poner en jaque la vida de quien pide la consulta. Sin embargo, todo mensaje debe ser precavido y positivo. Quienes leen el tarot entienden del poder que tiene la palabra, por eso se evitan las sentencias negativas. Tampoco se puede crear sugestión en la persona, pues esto lo llevará a su colapso y la adivinación no serviría de nada. En este sentido, ser consejeros espirituales es una labor y para eso las cartas se manifiestan. ¡Mucho cuidado con lo que escuchas!
