La cartomancia, el arte de interpretar las cartas, existe desde épocas muy remotas, y junto con ella se originó la figura de los clarividentes, o personas con la capacidad de predestinar o estimar datos del futuro a partir de la lectura de los naipes. En la actualidad, uno de los mazos más consultados para su interpretación es el de Tarot, que fue creado hace más de dos mil años.
Muchos aficionados sienten gran curiosidad por la lectura del Tarot y desean aventurarse una consulta en la que les serán revelados todos los eventos que el futuro les depara. Pero lo que estos consultantes ignoran es que el objetivo del Tarot no es justamente predecir el destino, sino comprender el pasado, analizar el presente y evaluar hacia dónde se dirige el curso del futuro. El verdadero objetivo del Tarot es poner las cosas en perspectiva para quien da vuelta las cartas.
La importancia de un buen tarotista
La bien la lectura del Tarot se basa en el análisis de la simbología de cada carta, que se encuentra explícita en su diseño, lo que los especialistas en Tarot hacen es interpretar no solo las cartas sino una serie de factores que van de la mano. No solo es importante qué carta de escoge, sino el orden en que se seleccionan, la orientación de la carta sobre la mesa, la combinación formada por las cartas elegidas, entre otras cosas.
Además de esto, los buenos tarotistas serán personas muy sensibles a la energía del consultante y sabrán cómo interpretar las cartas a partir de lo que perciben en presencia de la persona que acude a su consulta.